Dos ejemplos de ciudades hanseáticas: Hamburg y Bremen

Dos ejemplos de ciudades hanseáticas: Hamburg y Bremen

…Berlín fue una muestra de la historia más contemporánea de Europa, Jena y Weimar precedentes de los sucesos acontecidos en Berlín. Y desde Jena, viajamos 400 años atrás trasladándonos a la costa del norte de Europa con Bremen y Hamburg como ejemplos del máximo esplendor económico alemán. Bremen y Hamburg, dos ciudades destacadas en el comercio marítimo y representativas de la Liga Hanseática. El puerto de Hamburg, cinco siglos más tarde se convirtió en una de las principales pasarelas para los emigrantes que buscaban en tierras americanas nuevas oportunidades laborales huyendo de la barbarie y de la pobreza entre 1850 y 1939.

Visitamos el Museo del Inmigrante de Ballinstadt, edificado en memoria de Albert Ballin, propietario de una de las mas grandes empresas navieras alemanas. Allí aguardaban los inmigrantes su embarque.
Edificio 1: En uno de ellos existen varios maniquíes de madera junto con teléfonos al lado, donde se puede escuchar las historias seleccionadas de diversos tipos de inmigrantes, asi como una adaptación del despacho de Albert Ballin, su historia y biografía. Edificio 2: En el segundo edificio se pueden ver dos salones con los dormitorios de la tercera clase, junto con el comedor y un simpático letrero que dice «Mein Feld ist die Welt». Edificio 3: se encuentra la tienda del museo, donde se pueden adquirir souvenirs y, un restaurante. Auswanderer-Museum, un lugar que merece mucho la pena visitar, dado que es historia de Alemania e historia del mundo.

Free Tour in Berlin

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Para entender el Berlín actual, la estética a veces antagónica de su disposición arquitectónica, los llamativos memoriales visibles como invisibles es necesario RETROCEDER EN EL TIEMPO…

Friedrich Wilhelm II., amante de las artes, descuidó el ejército prusiano y fue responsable de una mala gestión económica, política y militar, hechos que marcarían su debilidad ante una inminente invasión napoleónica. Será en 1806 cuando Napoleón, en su intento de hacerse con la hegemonía de Europa, arrase con todos los estados alemanes dejando vestigios de una idea de la democracia “mal interpretada” en la futura Alemania reunificada. En 1871, el movimiento del Romanticismo y las ansias de buscar unas raíces comunes, hacen que tras una unificación cultural y aduanera, se proclame la unificación de todos los estados alemanes bajo la llamada Reunificación. Berlín será considerada la capital del nuevo estado, bajo el mandato de Guillermo I y las directrices de su canciller Otto von Bismarck, estratega militar y una de las figuras claves en las relaciones internacionales del momento. Bajo estas circunstancias de decadencia, iniciará un sistema de alianzas para asegurar no sólo la seguridad de la nueva Alemania sino su supremacía en el centro de Europa. Los planes de Bismarck se vieron truncados por las ansias de expansión del nuevo emperador Guillermo II quien, tras destituir al canciller que había forjado una Alemania unida, llevaría al país hasta la Gran Guerra (1914). Las consecuencias para Alemania fueron devastadoras desde todos los puntos de vista: pagar los costes de la guerra, la reducción de un 13% de sus territorios. Asimismo, se reduce el ejército alemán a 100.000 hombres de un millón y medio con el que se contaba al empezar la guerra. En 1918 se instaura la República de Weimar, con el sistema político democrático convulso desde el punto de vista político y social. La inflación económica (1 dólar americano 4 marcos. En diciembre de 1923, 1 dólar 253000 marcos), el paro laboral para militares por la reducción del ejército, alemanes dispersos en antiguos territorios de Alemania que fueron arrebatados tras la I Guerra mundial. En 1929 la prosperidad económica emergente propiciada por los préstamos americanos cae con el Crack la bolsa. Todo ello, unido al sentimiento moral en la que se culpa a Alemania del desastre y de las desgracias de la IGM se convertirían en circunstancias de decadencia propicias que acabarían desembocando en la toma de poder del Partido Nacionalsocialista con Hitler al frente.

Y sólo hace falta un paseo por el Berlín actual para no olvidar a través de memoriales “visibles e invisibles” a responsables y víctimas. Destacamos…